cuando todas tus flores
marchitas por el frió
brillan por su ausencia
en la celebración
de tus hijos caídos
quienes también se marchitaron
Puedo oírlos reir...
puedo oírlos cantando
sus mejillas coloradas
y sus labios partidos
juegan con mamacha Candelaria
y siempre sueñan, sueñan
mientras nosotros solo dormimos.
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