martes, 5 de abril de 2011

poema para destruir de inmediato sobre la poesía la infancia y otras metamorfosis

habitación en roma (1952) jorge eduardo eielson
damas y caballeros las ventanas abiertas ya no dan al cielo como hace tanto tiempo ni la pálida luna que todos conocimos alumbra el corazón de los pastores una pared muy alta de cemento ciertamente y una columna de humo ocupan el lugar que antes ocupaban la pálida luna leopardiana y la retama los burgueses dicen es horrible la municipalidad no defiende nuestra luna nuestro cielo nuestras nubes pero yo no comprendo no comprendo francamente cuántas veces me despierto a medianoche con los bolsillos llenos de centellas y es tan grande mi alegría que se despiertan los vecinos con un balde de agua fría considerando un peligro el mismo cielo encendido y mi alegría pero repito no comprendo quién fundó la luna sobre roma fabricó también el humo el cemento y la mierda perdonen la grosería en cuanto al cielo y a la luna o la retama ¿cómo pueden reclamar lo que nunca han conocido sino en los pálidos versos de un pálido poeta? pero si las ventanas abiertas ya no dan al cielo ni a la pálida luna estas puertas son en cambio las misteriosas puertas que dan a otras puertas (recuerdo los veranos de mi infancia en el perú recuerdo una puerta de madera un grupo de caballos empapados y la luz de un lamparín en el ocaso recuerdo todavía un viejo loro adormecido en una silla dos o tres caballos más bajo la lluvia y un plato de frijoles en la mesa pero no recuerdo bien a qué hora un torbellino de ceniza me arrebató todo eso y cayó la puerta de madera cayó la luz del lamparín y otra puerta de cristal se abrió enseguida hace millares de años yo crucé esa puerta fácilmente pero en mi corazón sucedieron varias cosas que no entiendo la pelota que yo arrojaba al cielo gris de lima la puerta que yo había creído de madera y hasta los mismos huesos de mi madre enferma se volvieron de turquesa el mar brotó del caño roto de la cocina y desapareció por la ventana del comedor la luna ni la vi y yo qué tal idiota me puse a llorar de inmediato tras de un ramo de retama luego llegó una tía con un rayo en la sortija y una inmensa mantilla llegaron luego un ruido de cascabeles y un vecino asustado arrastrando una silla sólo entonces como lo hacía cada día mi madre tomó asiento en ella y murmuró «el café con leche se enfría criatura mía ¿qué estás esperando?») damas y caballeros podéis creerme ahora amanecer es horrible en estas condiciones cada catre de hierro es mi condena cada silla de madera una tortura cada puerta que se cierra una hecatombe pero os repito damas y caballeros os repito cuántas veces me despierto a medianoche con los bolsillos llenos de centellas y sin que nadie me descubra como es ya mi costumbre me pongo a llorar de inmediato en la retama estornudo sonrío y hasta fumo un cigarrillo entre las flores y es tan grande mi alegría que se despiertan los vecinos con un balde de agua fría puesto que a nadie se le ocurre que fumar un cigarrillo estornudar sonreír o llorar entre las flores sea sólo de alegría

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