El viento que sopla
se enreda entre la claridad
de sus manos de hierro
es solo un soneto
que expira
resucita y desaparece
esta luz que me alcanza
ahora es tan transparente
los marcos oscuros
detras de las polarizadas lunas
unos ojos que nunca descansan
estan marcando sus pasos
por la armonia de la olas
que dibujaba con su cuerpo
y no entiende la gravedad
ni el silencio del cemento
Despues...
las luces rojas y su velocidad
adormecen mis presentimientos
veo como se van
decifrando la realidad
desde la puerta de un sueño
tan ajeno para mi y los demas
todos juntos
mirando la tierra
en la ciudad sin cielo
todo habria terminado mañana
con un disparo de terciopelo
Entonces recuerdo el tiempo
y las siluetas son grises
detras de las ventanas
desaparecen con el ruido
la ciudad me engaña
sus ojos quedan ciegos
por el sonido de las campanas
ya no existen mas mañanas
utilizan lo que les quedaba
despues vuelven a dormir
por la voluntad que les falta
de la que siempre se escapan
ya no quedan mas palabras
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